DATOS
BANDA: R.O.L.F. ÁLBUM: "Es un hermoso lugar para morir"CD LUGAR/AÑO: Spain/2015 Web de la banda: Bandcamp Crítica realizada por José Luis Volver a la sección

Muchas veces, en esta nuestra casa y extensión de nuestra mente y alma que es DOOM IN AETERNUM, hemos hecho referencia a las diferentes cualidades que las bandas atesoran, ya sean más del lado de la técnica, o del lado del interior (para que nos vamos a engañar, las segundas nos gustan más, aunque las primeras se agradecen sobremanera…) y R.O.L.F. (Remembrance of Lysergik Funeral) la banda que tenemos pegada a nuestros oídos, y que no deja de darnos patadas en el cerebro de la forma más insensible, hace gala de una de esas facultades, quizá la que más nos guste, de manera sobresaliente: La convicción. Todo, absolutamente todo lo que sale de las manos de este trío, suena con una convicción apabullante, con determinación y con unas ganas enormes de arrasar.

Una cosa esta clara, quien posee tal certidumbre en lo que hace, es porque está seguro de sí mismo y por ende es absolutamente libre. Eso se nota de forma muy palpable en la variedad genérica de R.O.L.F., atacan de la misma forma desde el Doom denso y opaco al Hardcore más desenfadado, y aunque el metal tradicional lo divisan desde un poco más lejos, mezclan con mucho acierto esa lejanía con guiños a un disimulado Thrash más cercano, todo bien dosificado, casi con delicadeza se podría decir, pero sin perder ni un ápice esa seguridad, esa creencia en ellos mismos, esa certeza que solo tienen los libres.

Guitarras corrosivas, como oxidadas, tan capaces de cortarte el oído brutalmente, como de embellecer el ambiente con una secuencia acústica de inicio, tan infames como para enaltecer la disonancia en un solo, o respetar la armonía en unos ligados y quedarse tan tranquilas. Bajos que rayan la frontera de la distorsión lo justo para respetar las aplastantes líneas de batería, y una voz que no solo se limita a transmitirnos un odio profundo, sino que en ocasiones se nos escapa, acurrucándose un momento junto a alguna melodía, para volver con fiereza, azotándonos de nuevo con un sufrimiento que no volveremos a escuchar en mucho tiempo. Todo esto da lugar a composiciones tan originales como clásicas, que en ocasiones rozan lo histriónico, y en otras te sorprenden, quizá para bien, quizá para mal, según los oídos, los gustos, y que quien escuche llegue a entender esa capacidad para sorprender, por supuesto (con esto último nos referimos a los entendidillos, a esos que tanto oyen, y tan poco escuchan…) pero algo es seguro e innegable en todo esto: No es que nos hiciera falta, pues pasión no nos falta, y menos para la música, pero esta gran banda, y afortunadamente algunas más, nos han contagiado su convicción… ¿O acaso no se nota?